La conciencia está presente en el presente. La Conciencia "siempre es". Dada esta condición básica, no existe un camino que conduzca a ella para quienes vivan en el ahora, porque está contenidos en su ámbito y con Conciencia.</p> ¿Y cómo se vuelve uno Conciente?</p> Despojándose de todo lo que sobra. Quitando lo que no le pertenece, lo que se ha "adherido" al Ser. Lo que ha obstruido su visión. Reconocer en uno todo aquello que pertenece a otros, es un paso fundamental. Esos otros pueden ser: la familia, la sociedad, la cultura, la religión, los "falsos ídolos", las estructuras y ¡tantos más!. Existen muchos "otros", hay que identificarlos primero. Esta no es una tarea sencilla. Vaciarse para poder volver a llenarse. Cuando la confusión es tal que caemos en la desesperanza y en la desilusión, es un buen momento para reflexionar, para cuestionarse, para indagar en los orígenes. Uno debe hacerse responsable de Uno Mismo. Si no siento responsabilidad de mi inconsciencia, no existe posibilidad que la Conciencia se vuelva evidente, de que "yo sea". Cuando nos hemos despojado de todo lo que sobra, sólo queda lo que es real. Queda el Ser, que estaba tapado por una infinidad de "No Ser". Cuando hallamos al Ser aparece con él la conciencia, la conciencia de Si.</p> De modo sencillo y profundo a la vez, Alejandro nos anima a dar pasos firmes en el camino de regreso a casa, en el descubrimiento del auténtico propósito de esta existencia: La Evolución Consciente. Lo que hacemos en verdad es co-evolucionar con el Universo y con todos los sistemas, macro y micro, que en el coexisten.</p> La co-evolución está signada por la perfecta armonía del cosmos. La co-evolución es la maqueta energética, orgánica y viviente de un Plan Perfecto. Co-evolucionamos cuando aceptamos, cuando arribamos a la comprensión sincera y profunda. Co-evolucionamos cuando observamos más e inferimos menos.</p> La Vida es una oportunidad que nos invita a bailar al compás de la infinita y eterna Conciencia. ¡Dánzala!